Autor: Elvira Luque
Vásquez.
Esta competencia enfatiza la voluntad del docente de elaborar las mejores situaciones didácticas donde la tradicional clase magistral, las actividades como la lectura y resolución de ejercicios pasan a ser solo una parte de la gran cantidad y variedad de actividades o situaciones de aprendizaje que un docente del siglo XXI puede diseñar dentro de una completa, pertinente y eficaz planeación de un curso.
Considero importante mencionar como Saint-Onge (1996) citado por Perrenoud (2004 p.19): La reflexión sobre las situaciones didácticas empieza con la pregunta «Yo enseño, pero ellos, ¿aprenden?»
- Conocer, a través de una disciplina determinada, los contenidos que hay que enseñar y su traducción en objetivos de aprendizaje (La unión de los contenidos con los objetivos a lograr y al mismo tiempo con las actividades de aprendizaje es la verdadera competencia del docente). Los docentes de hoy en día debemos conocer los contenidos esenciales de la disciplina, las competencias a desarrollar, pero sobre todo su vinculación con los objetivos y con las actividades de aprendizaje, para eso, necesitamos un conocimiento claro del mapa curricular, la ubicación de nuestra disciplina en él y del perfil de egreso de la institución.
- Trabajar a partir de las representaciones de los alumnos (Partir de los conocimientos previos de los alumnos, motivar la participación y la imaginación). La evaluación diagnóstica al inicio del curso, o unidad nos ayuda a identificar las características de los estudiantes y sus conocimientos previos, además al inicio de cada clase o actividad podemos y debemos estimular la participación, la imaginación para que a partir de ahí los alumnos construyan su propio conocimiento, por supuesto con la guía y previa planificación del docente enfocado en la progresión de los aprendizajes.
- Trabajar a partir de los errores y los obstáculos en el aprendizaje (reestructurar su sistema de comprensión del mundo). Los docentes generalmente tenemos mucho miedo al error, sobre todo frente a nuestros alumnos, tal vez por considerarnos en el pasado protagonistas en la clase tradicional, sin embargo, puede ser una buena herramienta si lo permitimos o propiciamos en los alumnos evidenciando consecuencias con la guía del maestro para, posteriormente, logren salir de su error y modificar la idea original. A veces se aprende mucho más de los errores y sus consecuencias que de los aciertos.
- Construir y planificar dispositivos y secuencias didácticas (utilizar gran variedad, reconstruirlos y adaptarlas para promover el aprendizaje). Los profesores debemos mantenernos constantemente actualizados e informados en el uso de las nuevas tecnologías para analizar, seleccionar e innovar gran variedad de dispositivos y diseñar secuencias didácticas que movilicen saberes, que verdaderamente promuevan el razonamiento, la reflexión y el análisis.
- Implicar a los alumnos en actividades de investigación, en proyectos de conocimiento. Estoy de acuerdo con Perrenoud (2004 p. 29) en que “saber implicar a los alumnos en actividades de investigación y en proyectos de conocimientos pasa por una capacidad fundamental del profesor: hacer accesible su propia relación con el saber y con la investigación”. Considero que esta competencia es una gran área de oportunidad para la mayoría de los docentes.

Referencias:
http://newz33preescolar.files.wordpress.com/2012/05/resumen-10-competencias.pdf
Ginebra. http://www.unige.ch/fapse/SSE/teachers/perrenoud/php_main/php_2001/2001_36.html
Gracias por sus aportes siempre atinados
ResponderEliminarGenial
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